-¿Dónde está mamá? – me pregunta mi hermano menor, y yo mantengo la expresión completamente impenetrable, ninguna marca revela mi preocupación, volteo mi cara hacia el techo de la caverna y veo los dibujos de mis congéneres, bisontes, ciervos y esas cosas con cuernos raros que no sabemos como llamar. El cielo tiembla y un ruido perturbador me truena las orejas.
-¿Dónde está mamá? – algunos de los habitantes de la caverna salen a pesar de la lluvia y encuentran un árbol partido en dos, y de éste salen luces rojas que hacen sentir calor, creo que comienzan a llamarlo fuego en la cueva. Traen una rama caliente y con ese fulgor especial que logra embelesarme, una sonrisa melancólica se dibuja en mi rostro, todo hubiera sido diferente si tuviéramos con nosotros ese “fuego” que e capaz de alejar a los gatos. Desde hoy me propongo a lograr que este “fuego ande con nosotros. Comienzo a sentir la necesidad de ponerme algo de piel animal para el frío, es una idea que tenemos, pero es casi imposible eviar que la piel muera y tenga un olor desagradable.
-¿Dónde está mamá? – lo he visto en acción, cuando salía a cazar con mi padre y éramos amenazados por uno de esos gatos con enormes colmillos. Éramos nosotros dos contra un imponente gato. Una de esas lenguas de ese “fuego” cayó sobre un árbol, lo partió e dos y el gato huyo espantado. Mi padre levantó una rama con “fuego” y caminamos hacia la cueva, con nuestra sabrosa presa; un antílope. Pero antes de llegar el “fuego” se había muerto y tuvimos que caminar a tientas.
-¿Dónde está mamá? – recuerdo que muchos hombres de la cueva trataban de hacer caer rayo para conseguir este “fuego”, ellos trataban en las montañas mas altas, y en las peores tempestades, ellos buscaban, y de ve en cuando encontraban, pero el cielo derramado siempre apagaba el “fuego” y era muy peligroso capturar el “fuego”, más de uno de los nuestros había muerto en el intento.
-¿Dónde está mamá? – yo siempre fui diferente a mis amigos, sobre todo desde que vi a otros de nosotros, pero con pieles sobre ellos y con ese “fuego” contenido en una rama. Naturalmente, no me creyeron. Siempre fui más sensible, nunca he comido demasiado, y siempre tengo nuevas ideas. Mientras ellos cazaban ese “fuego” yo buscaba la manera de crearla, golpeando, dibujando, cazando, cantando mamuts, y haciendo todo lo posible. Fue justamente por accidente como encontré la manera de crearlo, jugaba con mi hermano a lanar piedras al barranco, cuando chocaron dos y vi por un poco de tiempo ese “fuego” saliendo de ambas, era pequeño, pero el “fuego” comenzaba chico y terminaba grande. No creo que el lo haya notado, pero yo sí. Comencé a hacer chocar todas las piedras que encontré, hasta llegar a unas piedras negras y delgadas, que choqué sobre pasto. Logré que se prendiera, ante la mirada asombrada de mi madre. Ese “fuego” se expandió cerca de nosotros, y yo alcancé a escapar, pero…
-¿Dónde está mamá? – mi madre y mi padre salieron corriendo del valle, pero mi hermano y su pierna mala no pudieron salir, ahora mi hermanito estaba encerrado entre ese “fuego”, mi madre se lanzó a buscarlo y mi padre me arrastró lejos… pasaron las horas y por fin regresaron mi madre y mi hermano, ella estaba muy bien, pero mi hermano estaba como muerto, no se movía, cerraba los ojos y su alma estaba lejos.
-¿Dónde está mamá? – enterrar a mi hermano fue espantoso para mi, y me dio la impresión de perder una parte de mí. Aún cuando mi otro hermano estaba alegre y aprendiendo a vivir en este mundo desolado, tengo en mi ser el recuerdo de mi hermano. Por so, por mis hermanos juro que nunca descansaré hasta formar fuego.
-¿Dónde está mamá? – mi madre llegó en ese momento y el rostro de mi hermanito se iluminó.
-¿Adivina qué? Acabamos de hacer fuego, solo es cosa de frotar dos ramas… – un estruendo en el cielo y nadie lee en mi cara la tristeza por la pérdida de mi hermano.
y fue así como se creó el fuego y la humanidad avanzó a un mejor futuro
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